El Madrid, durante los últimos tiempos, parece recorrer la delgada línea que separa la mediocridad de la excelencia, ha hecho de lo épico una costumbre, del heroismo una necesidad. Cuando no se siente apurado, conmovido por la adversidad, su juego es soso y plano, y las decisiones que toma Schuster, erradas y contraproducentes. Frente al Espanyol pudimos ver como el conjunto blanco se tambaleaba de un lado a otro de la frontera. En la primera parte, sumiso pero correoso, fustigado por el empuje contrario, reaccionando a cada latigazo espanyolista súbitamente, a través del incombustible Raúl. En el segundo periodo, llevando la iniciativa del juego frente a un rival bien ordenado atrás fue incapaz de traducir en goles su aburrido dominio.
El Madrid presentó la misma alineación que salvó de milagro la victoria frene al Zénit, excepción hecha de Robben, el único extremo puro de la plantilla. En su lugar Schuster decidió poner a Raúl, el descanso frente a los rusos le vino bien, además de por ser el más fresco del once madridista porque saltó al campo dispuesto a reinvindicarse. No obstante, la primera ocasión clara la tuvo el inconstante Higuaín, un cañonazo desde dentro área al que solo le faltó para entrar algo más de sangre fría por parte del delantero para calibrar el punto de mira. Si Higuaín quiere ser realmente una alternativa para los próximos años en el ataque madridista ha de ser mucho más solvente, parece haber regresado a ese estado de fatal y pusilánime impotencia de cara a la portería contraria que le caracterizó en sus inicios.
La defensa merengue estaba muy adelantada, de la Red y Van der Vaart no conseguían hacer circular el esférico en el medio del campo y la ausencia de juego por las bandas convertía los ataques en previsibles. Por su parte, los blanquiazules, a través de de la Peña y Román, avisaban con pases en profundidad para Luis García y Tamudo que se perdían en fuera de juego, hasta que un despiste de Heinze en el achique le obligó a cometer un penalty sobre el 23 que él mismo transformó. El segundo gol, obra de Luis García, también nació y se desarrolló por la banda izquierda, Heinze fue un coladero y un embudo, no aportó nada en ataque, si acaso desconcierto. Ante la inexistencia de juego por los costados quizá no hubiera sido mala la inclusión de Marcelo en el once inicial, para cometer errores de marca y de colocación también hubiera servido el joven carrilero brasileño, además aporta inifintamente más talento arriba que el ex del Manchester.
Entre ambos goles espanyolistas Raúl marcó de cabeza a pase de Sergio Ramos, en la única jugada de todo el partido en la que hubo desborde y profundidad. El fútbol es muy sencillo cuando se aplican conceptos elementales, si eres capaz de superar a un contrario y de llegar con superioridad para centrar, es muy probable que halles el gol. De la Red se marchó de su marcador, en lo único rescatable de su partido, y sirvió a Ramos para que se la pusiera en la cabeza a Raúl que remató con inteligencia e impiedad. En el tiempo añadido volvió a aparecer para poner el empate. El capitán recogió un balón que solo la fuerza de Van der Vaart había llevado hasta allí y escondió la pelota entre sus pies, los centrales espanyolistas trataban de adivinar dónde se encontraba y cuando quisieron darse cuenta el 7 se había sacado un disparo inapelable que puso las tablas.
Tras la reanudación Schuster cometió un doble error de cálculo, en primer lugar sacrificó a Van der Vaart para dar entrada a Robben desbaratando el medio del campo, de por sí ineficaz. Además, el holandés de cristal se lesionó cuando apenas llevaba un quince minutos sobre el terreno de juego para quince días. Fue sustituido por Drenthe, del cual es mejor no comentar nada por respeto al fútbol. Si bien es cierto que durante su estancia en el césped de Chamartín el Madrid buscó insistenemente el gol y pudo marcar, no lo es menos que su precipitada salida desconcertó al equipo blanco, el cual ya había renunciado al juego para proponer en su lugar la pegada, unida al coraje de Raúl, que se multiplicó para oxigenar al equipo en la medular. Tampoco ayudó la entrada de Sneijder, no era el mejor escenario para su reincorporación al equipo tras la lesión, se le notó falto de ritmo. Aún así, pudo decantar el choque con un disparo marca de la casa desde fuera del área que Kameni blocó en dos tiempos y con un chut de falta que Moisés repelió con la mano en un penalty que Pérez Burrull no quiso sancionar.
El partido languideció en la recta final, el Madrid no gozó de la suerte, o no tuvo el talento y la fuerza necesarias, para llevarse los tres puntos en los últimos minutos como hiciera frente al Betis la semana anterior. Y así terminó la historia de un partido que solo será recordado por la ya tediosa y monótona nueva resurrección del sempiterno capitán.
Oficial: Nueva Chicago, Perazzo nuevo preparador
Hace 6 años
6 comentarios:
Hola,
si es que el que juega con fuego, al final se quema y el Madrid ya tuvo fortuna contra el Betis o Zenit...
Un saludo desde,
http://saqueneutral.blogspot.com/
Es cierto que tuvo suerte, pero no solo fue suerte. El otro día, además, le faltó talento por la lesión de Robben. Juego, por las decisiones de Schuster. Y físico por el desgaste contra el Zénit.
Lo va a tener muy difícil para aguantar las dos competiciones.
Comentario para Contrario; me parece, bueno no se lo que me parece, que digas que el Ajax es uno de los equipos que peor fútbol hace históricamente, ha ganado 29 Ligas de Holanda, 4 Copas de Europa, tres de éllas consecutivas, con Cruff, Neeskens, Rep, Krol, Peter Keiser, jugando juntos, alguna UEFA, varias Intercontinentales, un poquito de por favor...
Ya te he linkeado. Ponme Futbol de Lujo de nombre a este link http://futboldelujo.com
Saludos
Estaba siendo irónico...
Yo pensaba que iba a ganar fácilmente el Madrid. Incluso cuando empató a uno ya veía que iba a golear, pero el Español se mostró muy serio y ordenado. Un abrazo.
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