Si bien es cierto que durante los últimos dos años y medio se ha ido sedimentando un estado de opinión contrario al presidente a través de determinados medios de comunicación, no lo es menos que, desde su misma llegada, su nombramiento ha estado rodeado de una atinada polémica. Conviene recordar que ha sido el presidente menos votado de la historia del Real Madrid debido a la impugnación del voto por correo y que no ha cumplido prácticamente ninguna de las promesas que le hicieron hacerse con aquella pírrica victoria. Pese a que muchas de las informaciones aparecidas como su posesión de pisos de protección oficial de manera irregular o el uso de la tarjeta de crédito del club, o bien eran falsas o bien no tenía nada que ver con su actividad dentro del club, la evidencia es que cuando uno asume una posición de tal magnitud debe procurar cubrirse las espaldas a través de un equipo fiel que impida que se filtren rumores al hipotético enemigo. Uno no debe solo ser bueno, sino además parecerlo, aconseja el sabio refranero español.
Con todo, su dimisión se ha producido debido a un escándalo impermisible, la manipulación de la asamblea de socios compromisarios. Una asamblea que, recordemos, estuvo marcada, entre otras cosas, por la patulea de los ultras y que más bien parecía una macro reunión comunitaria de vecinos furiosos en la que nadie sabía si lo verdaderamente importante eran las tuberías o lo mal que te sienta que el del quinto tenga un jacuzzi.
Es posible que Calderón haya sido víctima de una trama urdida en las sombras por gente muy poderosa que desea hacerse con las riendas del club y que no asumió su derrota electoral, que sus errores hayan sido analizados con una exahustividad superior a la que jamás padeció ningún otro mandatario blanco. Pero también lo es que para dirigir a la que es probablemente la mayor entidad social y deportiva de Europa hace falta algo más que buenas maneras y carisma. En el mundo de las altas esferas Calderón siempre ha sido visto como un advenedizo que pasó de un cómodo segundo plano de la actualidad al primero por una añagaza jurídica que impidió que el orden natural de las cosas se impusiera. El Madrid, en Junio, volverá a estar gobernado por gente a la que no se puede criticar y eso otorgará a la firma la estabilidad que necesita para volver a ser el club más importante el mundo.