Como los grandes artistas, muchos piensan que los grandes deportistas se caracterizan por tener un estilo propio y diferenciado del resto. Por poseer unas características excepcionales que los hacen destacar por encima de los mediocres. Todo el mundo distingue de los demás el revés a una mano de Roger Federer, esa elegancia, esa identidad entre cada golpe y esa simplicidad lo hacen ser letal, a la par que único. Las cabalgadas de Ronaldo también contenían este carácter, su potencia le hizo decir a Valdano que cuando él tomaba el esférico era como si lo cogiera una manada. Michael Laudrup y su pase sin mirar, los controles imposibles y los regates sin balón de Zidane, los passing desde el fondo de la pista de Nadal en carrera, la espigada y tosca manera de correr de Bolt, el físico de Shaquile O´Neall, el face to face de Michael Jordan y sus mates precedidos de saltos voladores. Fuera de éstos, existen también los deportistas que poseen características especiales pero que no dejan de pertenecer al montón, tal es el caso de Robinho y sus bicicletas, de los pases de treinta metros exactos de Beckham, de la velocidad de Odonkor o de los reversos de Iverson. Generalmente, y supongo que les ocurrirá a muchos de los lectores, se suele confundir el hecho de ser diferente con el hecho de ser mejor, cuando no necesariamente es así.
Por otro lado están los deportistas que no destacan en nada y que, precisamente por eso, su genialidad es discutida. De estos jugadores suele decirse que no son un diez en nada, pero tienen un ocho en muchos aspectos. Para mí, el deportista más injustamente tratado de este país, Raúl, es un genio de esta categoría. Quizá por no poseer ninguna característica distintiva le fue denegado el balón de oro y después, las lesiones y el inevitable paso del tiempo nos han hecho olvidarnos de quién es este jugador. Quizá el futbolista más importante de la historia de España. La estrella más brillante de un equipo, el Real Madrid de finales de los noventa y principios de siglo, que fue capaz de conquistar tres copas de Europa en cinco años, algo que no había conseguido ningún conjunto desde el Milán de Sachi y que, dentro de España, solo ha sido capaz de superar el propio Real Madrid de Di Stefano. Se dice que ese Real Madrid era de Roberto Carlos, de Redondo, de Hierro o de Zidane, pero si era de alguien, ese Real Madrid era el de Raúl González Blanco. Quizá su genialidad consista, simple y llanamente, en ser un genio sin hacer nada genial. Debería tenerse esto en cuenta cuando, desde diferentes foros, se cuestiona su figura, y con ella, su pasado y su presente. Sin ser un gran rematador, sigue ostentando el título de máximo goleador histórico de la Champions y obtuvo dos pichichis de la liga española, sin ser un gran regateador, nos ha legado una de las jugadas más impresionantes de la historia del fútbol en la final de la copa intercontinental frente al Vasco da Gama en el 98, sin ser un gran pasador, los delanteros que han jugado a su lado, ya sean Morientes, Ronaldo o Van Nistelrooy han rendido al máximo de sus posibilidades. Raúl es un grande de la historia del fútbol mundial y cuando se retire, todos a los que les interese el fútbol, lo echarán de menos.
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Oficial: Nueva Chicago, Perazzo nuevo preparador
Hace 6 años
2 comentarios:
Decir de Raúl que es malo o mediocre es no saber de fútbol. Si al final del vaso solo quedan los posos, esos posos son las estadísticas y es lo que queda: nadie tiene más estadísticas que Raúl. Dos cosas: Raúl si tiene un 10 en varias cosas importantes para el fútbol: remate de cabeza y huevos. Y si no sabe regatear...preguntenle a Cañete, que aun se está estirando en París intentando alcanzarlo. A todo esto, es posible que Raúl a día de hoy esté acabado xD. Espero que no...
En huevos seguro, en remate de cabeza se me ocurren unos cuantos mejores, aunque no cabe duda de que también remata bien, yo le pondría, sino un ocho, quizá un nueve.
Si está acabado hoy... No lo sé, la temporada pasada marcó 17 goles, fue el segundo delantero español más goleador en la liga y el tercero en general, si contamos a Torres.
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